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La Mano Inocente

El PASEO

El PASEO

 

No era un coche , sino un lobo blanco..  y yo iba montada en sus lomos, pero no escuchaba el sonido del bosque, sino el de la ciudad. Veía los edificios como maquetas que iban creciendo al mismo tiempo que el sol sube. Esas horas en las que por un lado es de noche y por  el otro  comienza el día.

 Los ruidos no venian de los espíritus del bosque.

Coches rápidos, más que el mio, galopaban para salvar sus oficinas, sus sillas, a sus compañeros y jefes...

Y yo paseando con los morros de sangre, saborenado el hierro con la suciedad.

 Disfrutando de la presa ,

 digiriendo su corazón.

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